Amiga aldeana, aún me acuerdo de usted. Vuelva con su palabra a procurar el nacimiento de una flor de amistad. Aún me acuerdo de usted. Y bien merece que abandone mi soledad y dialogemos en la distancia, mientras me ofrece sus consejos desinteresados, que no sabe cuánto valoro. No dejo de recordarla, pues me ha enseñado el valor del perdón.
Y yo ¿podré ofrecerle algo, aunque se en la distancia?
Amigo aldeana, le suplico otro poco de luz en medio de este túnel de soledad.
No la obligo a responderme: actúe segun su conciencia.
Con todo mi reconocimiento.
El jardinero de las nubes.
Y yo ¿podré ofrecerle algo, aunque se en la distancia?
Amigo aldeana, le suplico otro poco de luz en medio de este túnel de soledad.
No la obligo a responderme: actúe segun su conciencia.
Con todo mi reconocimiento.
El jardinero de las nubes.