IVóN.
Esos señores a los que me remites no son ni más ni menos que yo, y que hayan escrito algo no significa que lleven más razón que yo. En pocas palabras: que me trae sin cuidado lo que hayan escrito. Yo te he he expuesto las conclusiones a las que he llegado sin tener que consultar libros empolvados de señores de otras épocas; épocas que no tienen absolutamente nada que ver con la nuestra. De hecho, para llegar a mis conclusiones no he tenido que consultar nada de nadie, ni contar con la opinión de nadie.
Supongo que cuando hablas de "que sentistes la llamada de Dios", te refieres al Dios de los católicos-apostólicos-romanos. ¡Qué cosa más extraña!. Dependiendo del lugar del mundo donde vive una persona, se siente la llamada de uno u otro Dios. ¿Por qué no sentistes la llamada de Dioses orientales?, o la llamada de los Dioses de las tribus africanas. ¡Y no me vengas ahora que todos los dioses son el mismo!.
El desamparo existencial que imprimía a tu vida el vacío emocional, dirigió tu desesperanza, en una incapacidad de resolución mental, hacia ¿Dios?, como recurso de salud. Quizás entrastes por propio pie en la gran secta religiosa. Fue una opción personal de una persona madura. Allá tú. Lo grave de esta secta, legalmente reconocida, es cuando entra en las mentes débiles de los niños, llenándolos de temores, y coartando su libertad.
EL JARDINERO DEL INFIERNO.
Esos señores a los que me remites no son ni más ni menos que yo, y que hayan escrito algo no significa que lleven más razón que yo. En pocas palabras: que me trae sin cuidado lo que hayan escrito. Yo te he he expuesto las conclusiones a las que he llegado sin tener que consultar libros empolvados de señores de otras épocas; épocas que no tienen absolutamente nada que ver con la nuestra. De hecho, para llegar a mis conclusiones no he tenido que consultar nada de nadie, ni contar con la opinión de nadie.
Supongo que cuando hablas de "que sentistes la llamada de Dios", te refieres al Dios de los católicos-apostólicos-romanos. ¡Qué cosa más extraña!. Dependiendo del lugar del mundo donde vive una persona, se siente la llamada de uno u otro Dios. ¿Por qué no sentistes la llamada de Dioses orientales?, o la llamada de los Dioses de las tribus africanas. ¡Y no me vengas ahora que todos los dioses son el mismo!.
El desamparo existencial que imprimía a tu vida el vacío emocional, dirigió tu desesperanza, en una incapacidad de resolución mental, hacia ¿Dios?, como recurso de salud. Quizás entrastes por propio pie en la gran secta religiosa. Fue una opción personal de una persona madura. Allá tú. Lo grave de esta secta, legalmente reconocida, es cuando entra en las mentes débiles de los niños, llenándolos de temores, y coartando su libertad.
EL JARDINERO DEL INFIERNO.