En la naturaleza se aprecia la firma de Dios en sus obras. Una firma en forma de número. El número phi (nombre tomado del escultor griego Fidias). Este número es igual a 1´6180. ¿Qué tiene de especial? Que aparece en la Naturaleza, e incluso los hombres lo han utilizado en el arte.
Se me viene a la memoria la ilustración de Leonardo da Vinci conocida como "el hombre de Vitrubio". En el mismo se aprecian las proporciones del número áureo: si dividimos la altura del hombre entre la distancia comprendida entre el ombligo y los pies, ¿qué nos resulta?, 1´6180. Y así en cualquier parte de la anatomía que tomemos.
Esta revelación se ha puesto muy en boga por medio de la novela de Dan Brown "El código Da Vinci". De hecho, la llamada sucesión de Fibonacci da lugar también al número Phi. El rostro de Mona lisa responde también a la proporción áurea.
En el arte se ha utilizado el número phi incansablemente. Hay una novela titulada "El número de Dios", de José Luis Corral, en la que se cuenta cómo los maestros constructores de las catedrales guardaban celosamente el secreto de las bellas proporciones de sus edificaciones, y sólo lo revelaban a su más directo discípulo tras largos años de aprendizaje. En todos los edificios que nos parecen bellos, se han utilizado las proporciones definidas por el número áureo.
Si quieren un ejemplo cotidiano, tomen una tarjeta de crédito o el DNI, midan el largo y el ancho y divídanlos. ¿Qué número les da?
El jardinero de las nubes.
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Se me viene a la memoria la ilustración de Leonardo da Vinci conocida como "el hombre de Vitrubio". En el mismo se aprecian las proporciones del número áureo: si dividimos la altura del hombre entre la distancia comprendida entre el ombligo y los pies, ¿qué nos resulta?, 1´6180. Y así en cualquier parte de la anatomía que tomemos.
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