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ALDEA DEL REY: Dedicado a mi estupenda amiga aldeana, que no deja...

Dedicado a mi estupenda amiga aldeana, que no deja de trabajar como una hormiguita y nadie se lo reconoce:
La habíais esclavizado. Pretendisteis despojarle de su esperanza, de su ilusión y de su alegría. Os sentíais ensalzados a costa de su humillación. Le disteis el polvo por morada y el tedio por toda ocupación.
Pero había una grieta en vuestros malvados designios. No contabais con mi ayuda. Ignorabais que en el Cielo había alguien que velaba por sus intereses. Oí su clamor y acudí presto a rescatarla. No permití que siguieseis sojuzgándola.
Tendréis que buscarla en los jardines de las nubes de gloria. Aquí retumban los ecos de su risa, y desde aquí ella os mira por encima de todo hombro elevado.
A ella le pertenece ahora la libertad, y a vosotros... La ignominia.
Y así escrito queda: "Uno es el que siembra y otro el que siega" (Jn 4, 37).
Pero también está escrito: "Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre canciones. Aunque iban llorando al llevar la semilla, vuelven contentos, trayendo las gavillas" (Sal 126, 5-6).
El jardinero de las nubes.
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