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ALDEA DEL REY (Ciudad Real)

Ermita Nuestra Señora del Valle

Al amigo Paco(el carpintero).
Querido Paco, enterado por un familiar de tu fallecimiento, quiero transmitir a toda tu familia mi pesar por tu pérdida. Nosotros te vamos a echar de menos porque en nuestras casas, en la de los padres, abuelos, TU, has sido el carpintero oficial. Heredado de tus antepasados, que también fueron carpinteros. Allí nos hacíais a los niños nuestras primeras espadas de madera, los arcos y las flechas. Pero además de todo esto, con tu mirada, muchas veces socorrona, nos damos ... (ver texto completo)
Ahora, en el corazón del invierno, recuerdo la vieja estacíón de Hernán Muñoz.
Paredes de estuco ya desconchada, signadas por tizones de innumerables "comistrás" en los parajes del cortijillo. Allí firmé yo mi amor por cierta jovencita ingrata. Las vigas de aire perecieron por las acometidas del agua llovediza. Las puertas y los marcos de las ventanas primero se alabearon, y después la carcoma se cebó en ellos.
Hoy el espino silvestre, las jaras, los espliegos y otras plantas parásitas han ocupado ... (ver texto completo)
¿sabeis que el Jardinero ha escrito en Calzada)
Nos lo quieren quitar como hicieron con el castillo.
Gracias, amigos del noble pueblo calzadeño, pero mi corazón está en aldea y debo encontrarlo.
El jardinero de las nubes.
Jardinero de las nubes: somos gente de Calzada y te invitamos a escribir en nuestro foro. Los aldeanos no saben lo que tienen. De allí no creas que vas a sacar mucho. Tenemos buenos comentarios, te gustarian.
Por lo que observo, no puedo dejar de expresarle la gran gratitud que siento hacia usted desde sus primeras intervenciones, gentil aldeana. Gracias por su afecto y los ánimos que me ofrece. En la medida de mis posibilidades, procuraré no defraudarla a usted, ni tampoco a los que usted dice que me aprecian.
Pero creo que este aprecio no se hizo para mí. Cuando usted me lo ha comunicado, he sentido una extraña efervescencia en el pecho que me ha sido tan agradable como incómoda. Es paradójico haber cosechado afecto en Aldea al cabo de tantos años, cuando antes el desprecio era la única moneda de cambio que conocía allí. Pero he visto por fin los colores del alba sobre mis queridos montes aldeanos; y eso se lo debo a ustedes, la juventud de Aldea.
Algo ha ocurrido sin que yo lo pretendiera, algo inexplicable para mí. Sólo buscaba llenar mi soledad con algunas briznas de mi añejo amor por Aldea. Y ustedes han recibido mi eco.
He aquí el sujeto indigno que sólo ha dicho lo que siente, y ha visto cómo sus sentimientos han ido evolucionando entre ustedes. Ya sólo me resta soñar con sus presencias, e imaginar cómo hubiera sido mi vida al lado de ustedes, tomándonos alguna cerveza y un montado de lomo en el bar de Tasín. Pero no quiero pensar en esto, porque es triste saber que nunca podré verle a usted el rostro, amiga aldeana, ni tampoco a su pareja, mientras dialogamos como lo harían los buenos amigos. La vida me lleva por otros rumbos.
Gracias a todos, y perdonen los que se sientan ofendidos por mis comentarios.
El jardinero de las nubes. ... (ver texto completo)
Al jardinero de las nubes:



Gracias a vuestros escritos, llenos de fina y sutil ironía aldeana, mucha gente lee estas páginas. Aún hay un poco de miedo a participar en el foro, pero llega donde debe llegar y su mensaje también.
Lo encuentro más optimista y tan crítico como siempre , al retratar a personajes de la vida pública aldeana, es buen psicólogo, sus intuiciones son muy acertadas y realistas. La verdad es que juega con ventaja, desde las nubes se ve todo mejor.
Desgrane sus recuerdos ... (ver texto completo)
Feliz 2007 de parte del que suscribe.
Este foro ha estado mucho tiempo sin funcionar.
Pero el amor hacia aldea sigue en pleno funcionamiento.
El jardinero de las nubes.
Me alegra que unas sencillas palabras puedan ayudar a alguien, si en este caso es a usted, mejor.Yo tambien deseo unas Felices Fiestas a todos los aldeanos de buena voluntad, sobre todo a los que pasan`por un mal momento.
En cuanto al alumbrado aldeano, las únicas luces que brillan son las de nuestras casas ¿no podría el Ayuntamiento comprar cada año unas cuantas bombillas y en poco tiempo tener un alumbrado , para las fiestas , decente?Falta dinero para lo fundamental y derrochan en vanalidades, ... (ver texto completo)
Estimada y gentil aldeana (pienso que es usted la que me ha respondido):
Celebro enormemente que haya conocido una buena vida. Por desgracia, yo puedo darle muchas lecciones acerca del desprecio. No sé lo joven que es usted, pero le aseguro que hace treinta años en este pueblo el desprecio era una planta que crecía fecunda por sus calles. Y era un sentimiento ciertamente contagioso. Le aseguro que nada hay más desolador que el que te desprecien sin motivo aparente. En mi caso, simplemente porque ... (ver texto completo)
Al jardinero:
Mis recuerdos de infancia son, al contrario de los suyos, maravillosos, me he sentido siempre muy a gusto con mi gente, todos muy humildes pero encantadores, preocupados por lo que sentía, era un poco"loro" y les encantaban mis ocurrencias.Tenía y tengo, muchos amigos que notan si me pasa algo, bueno o malo y aunque con los años uno se hace más reservado , es bueno tener a alguien a quien contar tus inquietudes.Hay que borrar los sentimientos que nos producen dolor y perdonar a los ... (ver texto completo)
Ha llegado el momento de desvelar un episodio de mi vida que ayudó a que acabara convirtiéndome en lo que ahora soy. Sucedió por aquellos años lejanos en los que apenas si se se hablaba del cambio climático y el asunto del SIDA no pasaba de ser un vago rumor. Entonces yo no era capaz de pronunciar palabra cuando me hallaba frente a alguien desconocido; incluso en ocasiones únicamente era capaz de balar como un cordero y el hablar con otras personas era para mí sinónimo de hacer el ridículo (ahora ya he perdido todo sentido del ridículo).
Tuvo lugar una reunión familiar en una finca cercana al Convento. Bueno, era sólo familia postiza y a día de hoy totalmente desechable. Todos hablaban, pues eran gente de mucha categoría en el pueblo. A mí la cortedad se me comía, y corrí a refugiarme a los campos, harto de ser como una sombra transparente para quienes me rodeaban. No tenía más que trece años. Pasé casi todo el tiempo tumbado entre las breñas, repasando la forma de las nubes, repudiándome a mí mismo por no poder ser como los demás. Allí nació el jardinero de las nubes, y fue el momento en que me desposé con la soledad. Nadie fue a buscarme a mi santuario de la soledad. Cuando regresé al cabo de mucho rato, por las miradas que coseché me dio la sensación de que todos dudaban de mi juicio, especialmente mi familia cercana. Así era y así sigo siendo. Los incendios de años posteriores asolaron aquella finca, y ya no queda ni el recuerdo de aquel día de tristeza y soledad. Pero así fue el modo en que aquel muchacho se refugió en Dios y acabó siendo una persona decente... Aunque en aquel momento nadie te ofreciera un asomo de simpatía, yo, ya viejo, te considero mi héroe y te digo que no hubiese deseado vivir otra vida a costa de anular tu personalidad.
Perdonen los que se sientan molestos por mi historia de tristeza. En ocasiones no nos queda más que sentir nostalgia de nosotros mismos.
El jardinero de las nubes. ... (ver texto completo)
De hecho, estimado amigo, las berenjenas de aldea forman parte de mi dieta cotidiana.
En las nubes no hay mucho verdín que digamos.
¿Sabe lo bonita que se divisa aldea desde las nubes?
Un saludo cariñoso.
El jardinero de las nubes.
Un beso, abrazo, con todo cariño a tolos los aldeanos.
Lamento que los foros sean anónimos.
La gente tiene que ir con “la cara por delante” como todos mis ancestros aldeanos me enseñaron y me enseñan.
Todos sabemos que los aldeanos somos hortelanos, los buenos y los malos.
Mis recuerdos de antepasados me dicen que nos llaman en toda la comarca “Tomateros”.
Jardinero te da vergüenza mancharte las manos con el verdín.
Pínchate con las Berenjenas.
Baja de las nubes.

Siempre aldeano.
La cigüeña anidaba en la ermita cuando mi infancia. Allí paraba el autobús del "gordo". La Dolores tenía también allí su peluquería. Y por allí se iba al Pilar y a la Higuera. Cuando caían lluvias torrenciales, los charcos semejaban lagos profundos.
Ahora se alza allí la gloria del olivo, y bajo su banco la senectud encuentra dulce acomodo bajo el sol del invierno y el frescor de las madrugadas de estío.
En la lejanía se me vienen a la mente mis días rondando la ermita. Ha cambiado. Han desaparecido ... (ver texto completo)