El siglo XIX fue para Alcázar de San Juan el siglo de la decadencia, ya que a lo largo de él fue perdiendo lo que durante siglos dio esplendor a esta Villa.
En 1851, tras la llegada del ferrocarril a España, el ingeniero inglés Mister Creen señala en Alcázar de San Juan un nudo ferroviario de importancia y el 24 de mayo de 1858 la reina Isabel II inaugura la línea Madrid-Alicante, pasando el tren real por la estación alcazareña. Desde este momento se abren nuevos horizontes para nuestra Villa, la cual se vuelve a convertir en cabecera de comarca.
En 1868 la reina Isabel II fue destronada y abdica en su hijo Alfonso XII Con el triunfo del liberalismo se cierra para siempre el monasterio de Santa Clara, aprovechándose el edificio para el Ministerio de la Guerra, que lo convirtió en cuartel.
En el año 1877, el rey de España Alfonso XII concedió a Alcázar el título de ciudad.
A finales del siglo XIX se vuelven a abrir los conventos alcazareños. Los primeros en llegar a nuestra ciudad son los padres trinitarios, quienes fundan en 1882 un colegio, y en la calle del Verbo se funda el monasterio de la Inmaculada Concepción, de monjas concepcionistas, y en 1899 los padres franciscanos regresan a Alcázar de San Juan y vuelven a abrir la iglesia monumental de San Francisco de Asís.
En 1851, tras la llegada del ferrocarril a España, el ingeniero inglés Mister Creen señala en Alcázar de San Juan un nudo ferroviario de importancia y el 24 de mayo de 1858 la reina Isabel II inaugura la línea Madrid-Alicante, pasando el tren real por la estación alcazareña. Desde este momento se abren nuevos horizontes para nuestra Villa, la cual se vuelve a convertir en cabecera de comarca.
En 1868 la reina Isabel II fue destronada y abdica en su hijo Alfonso XII Con el triunfo del liberalismo se cierra para siempre el monasterio de Santa Clara, aprovechándose el edificio para el Ministerio de la Guerra, que lo convirtió en cuartel.
En el año 1877, el rey de España Alfonso XII concedió a Alcázar el título de ciudad.
A finales del siglo XIX se vuelven a abrir los conventos alcazareños. Los primeros en llegar a nuestra ciudad son los padres trinitarios, quienes fundan en 1882 un colegio, y en la calle del Verbo se funda el monasterio de la Inmaculada Concepción, de monjas concepcionistas, y en 1899 los padres franciscanos regresan a Alcázar de San Juan y vuelven a abrir la iglesia monumental de San Francisco de Asís.