Digo, pues, que con todo su acompañamiento llegó Sancho a un lugar de hasta mil vecinos, que era de los mejores que el duque tenía. Diéronle a entender que se llamaba la ínsula Barataria, o ya porque el lugar se llamaba "Baratario" o ya por el "barato" con que se le había dado el gobierno.
Sras., Sres. De Alcalá de Ebro ya hemos llegado a Barataria...
Sras., Sres. De Alcalá de Ebro ya hemos llegado a Barataria...
