Dende mu chiquinino, dende bien chiquetejo, dende antes que me salieran los dienturrines, ya estaba yo por esas alcudias. Me parió mi madre en una chica y pobre
casa de
Alamillo, pero me crie en chozos y quintos, de cerro en cerro, de loma en loma; y una hermosa y ya lejana
primavera, entre alborozados sones de cencerras, verdes y tiesos gamonitos, y viejas encinas en
flor, conocí a mi novia, una niña casi, que estaba con un caldero sacando
agua de un
pozo sito en una cañá cuajaita de poleos, y que
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