Hellin, ciudad preciosa de gentes encantadoras, de
Semana santa inigualable, de tambores perfectos, un poco mas de trabajo y la
juventud se encargara de darnos a los que quedaron en la ciudad, o a los que por motivos profesionales tuvimos que marchar, una ciudad viva, llena de
color y simpatia porque la base, su gente, la tiene.
Flori Ortega.