Precisamente para este fin se acordará construir un recinto permanente en el paraje conocido como
Santa Catalina, en las "eras" o "ejidos", situado al oeste de la villa (muy cercana al
molino del acequión), en donde durante el siglo xvii se había establecido una comunidad de franciscanos que prestarán reticencia a esta actuación mediante varios pleitos. Los franciscanos —conocidos lato sensu como Orden Franciscana— conforman en sentido estricto un conjunto de órdenes religiosas mendicantes relacionadas entre sí, en el marco de la
Iglesia católica y según el ideario de
san Francisco de Asís.