ZURITA DE PIELAGOS: Hola amigos y lectores, volviendo al tema de la escuela,...

Hola amigos y lectores, volviendo al tema de la escuela, en Zurita siempre conocí las dos que existen hoy día, sólo que entonces la separación de sexos, era extricta norma, e igual con los docentes; nosotros los escolares íbamos todos caminando solitos, años 49 al 54 y por supuesto haciendo alguna fechoria por el camino, bien a la ída, pero más a la vuelta, por ejemplo, "engarrarte" con el enemigo de turno, desviarte de la ruta normal, para aprender nidos, y de paso buscar alguna simétrica "manilla", (para el tiragomas, claro) con el que luego disparábamos una "china" a diestro y siniestro sobre todo lo que se movía ó volaba, menos mal que con aquella medieval arma, pocas bajas causábamos a la fauna, en cambio sí acertábamos algún que otro cristal de vecino, que luego iba a tú casa armando "la de Dios es Cristo", también eran nuestro objetivo, las "tacillas" de los postes de la luz, cosa muy antigua hoy, y así después de emplear más tiempo de lo debido, para llegar a casa, la bronca estaba segura y la "zapatilla" a punto..... Al día siguiente y ¡derechos como velas!, otro día para la escuela con nuestro pantalón corto de pana negra, y los que podíamos lucíamos una "navajuca", sujeta incluso con su cadenuca al cinto despertando la envidia y el sueño de muchos, aunque otros, podían tener muchos "cromos" para intercambiar, ó una gran bolsa de canicas, un frasco con grillos ó unos "talos" para jugar en el patio, pero luego al marchar para la casa, nunca faltaba el chaparrón que antes ó después dejaba el "camino real" y las callejas bién surtidas de "pozas", y crecidos los regatos aledaños que nos gustaba revisar como exploradores, intentando descubrir si tenían "sanguijuelas", "zapateros" ó "renacuajos". Acontecimiento visual, era cada vez que alguna moto, generalmente conducida por trabajadores de alto standing, pasaba ante nosotros, siendo la más famosa y dura de todas, aquella pequeña y roja (creo que 49cc.) GUZI que sonaba RATATA-TA-TA-TA, subiendo y bajando, (gran invento) pero que a nadie dejó tirado, no así la OSSA de mi padre que pasó mas días en el taller de Uslé que en la carretera, otras eran, vespa, lambreta, lube, isso, montesa, bultaco, y sanglas que era lo máximo, como la policía y sólo la tenía Abel; también conocí yo un "biscuter" de no sé quien y un "huevo", abortos de la mecánica que fueron precursores del "seiscientos", lo máximo en 4 ruedas, 2 puertas y 8 plazas......ó mas. En aquellos días de torta de "borona" y saco de "capío" se empezaban a ver coches, como uno que todos los días nos visitaba, era de Tomás el panadero, hombre amable y buen conductor, que en su "troncomóvil" enseñó a conducir a varios chavales del pueblo, el primero Toñín Luciarte, que con 12 ó 14 años ya conducía un "gordíni" (Renault) que le prestaba su tío (el marinero), según decían, cuando éste atracaba de vacaciónes en Zurita.
En el Instituto de Castañeda también se vivían días de gloria estudiantíl, apesar de la disciplina que se respiraba como aquel día que nos declaramos en huelga de comedor, varias aulas de semi-internos, porque día sí y día también, el Administrador de la época, D. Pedro de Las Presillas, nos aburría con huevos fritos y arroz, al punto que nos negamos a entrar al comedor, pero al segundo día de boicot, con la ayuda de otros profes, nos obligaron a entrar, situádose D. Pedro en la estrecha puerta que habíamos de cruzar, para repartír mamporros, cual si pulpo fuera, con manos, codos y piernas. Otro día sonado fué, cuando estando en clase de religión, que impartía D. Jesús cura de La Colegiata, y que siempre usaba "boina", pues tuvo que salir un momento, a verse con el director, dejando olvidada su boina nuevecita, corriendo el riesgo, como así pasó, que un valiente aspirante a bachiller se la "capara" fechoría que al ser descubierta por su propietario, éste montó en cólera y envió a todos a los infiernos, previamente excomulgados de por vida..... eterna, claro.
Yo había dejado la escuela de Zurita a los 10 años, porque un día la maestra Susi le dijo a mi padre que me enviara al Instituto Laboral de Castañeda, que funcionaba hacía pocos años, (Aún no había egresado la 1ª promoción), Perales (Manolín) fué uno de los primeros licenciados de éste centro, y así fué que la Sra. Susi me dió clases particulares unos meses, llevándome con algunos más, todos juntos en bicicletas a examinar en Castañeda, donde yo saqué un "notable" y empecé mi primer curso, desde aquí le doy las gracias a la Sra. maestra Susi de Zurita, (aunque ella vino de Carandía), por su calidad humana y experiencia como docente.
Después me tocó ir todos los días a Castañeda durante varios cursos, en una vieja bicicleta que pesaba como yo, (ó eso me parecía) y cubierto con una capa de plexiglas negra que tapaba hasta los pedales, y es que en nuestro pueblo no pasaba autobús como en otros colindantes, así que yo terminé aborreciendo la bici de tal manera que ni de juguete para los nietos ¡un trauma! Pensar el calvario que era entonces subir aquella cuesta de "Rupito" que hasta los camioneros la temían, y a la vuelta era lo mismo, pero del otro lado, ¡agotador! por eso cuando teníamos ocasión nos enganchábamos a algún camión que subía lento por el esfuerzo, quizás arriesgando la vida a veces sin saberlo. ¡Ah! y los pinchazos, eso era a cada rato, ¿pero qué había en las carretaras entonces?, bueno por supuesto muchas piedras y cero asfalto, por eso no podías arriesgarte sin la "bomba" y caja de parches...... además de mucha resignación, ¡Aleluya!