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ZURITA DE PIELAGOS: Hola paisanos todos y amigos muchos: Una de tantas...

Hola paisanos todos y amigos muchos: Una de tantas cosas que recordamos los mayores de 60, de los tiempos de Maria Castaña, años cincuenta y déle.... es el fervor religioso que le dió fama a nuestro colindante pueblo de Las Presillas al punto que llamábamos "beatos" a sus habitantes, y que no se ofendan ¡por favor! pues en cambio Zurita era mas bién de pocos Santos y recuerdo que entonces todos sabíamos de qué bando mas ó menos era cada cual, algunos "rojos" otros falangistas, franquistas, republicános, anarquistas, monárquicos y hasta de la División Azúl me tocó conocer historias, pero "beatos" pocos.... aunque en el barrio de San Julián era dónde mas había. Lo que sí nos hacía mucha ilusión a los chavales, era asistir a la misa de las grandes celebraciones, fuera en San Martín ó en San Julián porque el acontecimiento incluia procesión al rededor de la iglesia con el cura "bajo palio" y "si el tiempo no lo impide" solían decir, además casi siempre el desfile era acompañado por expertos pirotécnicos, (veteranos zuritanos) que disparaban cohetes y bombas para resaltar el acontecimiento, y nunca faltaba el repique de campanas que otros expertos zuritanos sabían muy bién "echar las campanas al vuelo" lo que yo siempre veía como un oficio de alta cualificación. Una vez dentro de la iglesia el Sr. cura terminaba de oficiar incluyendo la lectura de una "rogativa" para larga lista de difuntos, algunos fallecidos hacía mas de 20 años creo yo, pero que habían dejado pagado éste servicio antes de irse a la gloria, el caso es que yo aunque ya la olvidé, en aquel tiempo me la sabía de memoria y por supuesto con el run-run de la lista, el incienso (cuando lo había) y el calor del templo, el sueño era inevitable además todo era en latín y de espaldas "al respetable", ORA PRO NOBIS. En tiempo de comuniones la cosa era de lujo, porque los aspirantes (niños de 1ª comunión) vivían con gran ilusión y fervor aquellos preparativos, y al igual que hoy se hacía en los humildes hogares de entonces, un gasto, aveces superior a las posibilidades; lo más bonito era la ofrenda de flores, que consistía en desfilar los "comulgados" de uno en uno por delante del altar y ofrecer a la Virgen un ramito de flores y declamar un verso para Ella, ¿recuerdan aquel que dice?: Cómo soy tan pequeñito, y tengo tan poquita voz, sólo le digo a la Virgen, ¡viva la madre de Dios!...ó parecido, lo que no recuerdo es el erudito autor. En la misa de los domingos, se enteraba uno de viva voz por el cura, de la boda que se avecinaba, pues debía leer las "proclamas" tres domingos seguidos para informar a los parroquianos, y demandar de ellos alguna información negativa, osea en contra de la futura unión, si la hubiere y alguién la supiére, con ésta parrafada que yo no apreciaba en su significado, entonces: "Si alguno supiera de algún impedimento de consanguinidad, afinidad, pública honestidad ó espiritual parentésco, lo manifestará pues es la tercera y última amonestación". Claro que entonces, para que cuajara en boda un noviazgo, podía llevar años.... yo bién recuerdo dos parejas que noviaron 6 y 8 años, y sólo una cuajó en boda, pero lo normal se consideraba un mínimo de 2 años ó así, (era lo bién visto), y nada de barrigas antes de tiempo, pues eso ya era hundír a toda la familia en "no sé qué abismo". Bueno, cómo después de tanta iglesia había que trabajar, pues "nó sólo de iglesia vive el hombre sinó también de pán", volvíamos a nuestras labores que eran muchas, entre ellas luchar (ecológicamente sin saberlo) contra las plagas del campo, por ejemplo los lumiacos ó limacos, babosas que cazábamos a base de una varilla de paraguas viejo afilada por un extremo, y con la que se iba ensartando de uno en uno los pegajosos "come brotes", hasta completar una especie de pincho moruno, que luego dejábamos clavado en la cabecera de la huerta para que el Sol les diera muerte lentamente. También nos invadian los topos, pequeños y ciegos excavadores expertos en hacer galerías bajo tierra y "toperas" montoncitos de tierra que sacaban al exterior, casi siempre en el prado mas apreciado por su dueño, y que entorpecian el suave deslizamiento del "dalle" cada vez que se había de segar el "verde"; pues se les daba caza ecológica también con una azada, que diestramente manejaba el humano depredador afectado por el bicho; para ello, en las horas del atardecer, ó muy temprano por la mañana, muy sigilosamente debíamos arribar a la vera de la "topera" mas fersca, ó en proceso de creación, y esperar los embites que el animal daba hacia arriba, siendo ese el momento cumbre en que se asestaba un azadazo certero sacando tierra y topo a la superficie, condenándolo después a nuestro antojo, yo así cacé uno de pelaje corto negro, espeso y brillante, muy bonito el malvado y decían por entonces que servían para hacer abrigos de alguna Sra. sifrina, aunque imagino serían necesarios muchos, debido a su menor tamaño, quizás un abrigo se llevara todos los topos de Yosalasierra,, del Picón, de Gandía ó de La Llana..... difícil calcular. Pero las plagas mas molestas y abundantes, eran las moscas, ya que por ser las cuadras u anexo de la vivienda, hacía que éstos insectos invadieran cocina y habitaciones´siendo combatidas ecológicamente, qué remedio no se habían inventado los sprais, con unas tiras de papel impregnadas con un atrayente olor (para ellas) y un potente adhesivo de manera que al tocar la tira, quedaban allí pegadas, per secula-seculorum, y claro éstas tiras colgando del techo llenas de "mosquitas muertas", formaban parte siempre de la decoración en los hogares "decentes". Abundaban otros bichitos, como las cucarachas, que hasta el día de hoy el humano no ha podido erradicar, pero entonces nos tenían acosados, pues eso era anochecer y apagar luces en casa y comenzaba el desfile que parecia la "marabunta", lo que me hace recordar que una vez llegamos de noche a casa, la familia con unos amigos de mis padres a cenar, y al llegar a la cocina nosotros, los niños, quisimos obsequiar a los visitantes con el espectáculo de la fauna que por la cocina circulaba siempre en aquellas horas, y encendemos la luz diciendo. ¡vereis, veréris cuántas cucarachas tenemos! y mi madre después, tremendo cabreo que pescó con nosotros, por ensalzar así nuestras miserias, (que eran las de todos) entonces. En plagas qué me dícen de ratas y ratones, que eran el terror de niños y mujeres principalmente, se comian y llevaban lo que podian de la casa, que casi nunca sobraba y se combatían estos roedores ecológicamente, claro, con gatos, "coínes" perros ratoneros, trampas, escobazos y zapatillazos, pues sí sres. mi suegra mató una rata sólamente con su fuerza aplicada a una zapatilla, dentro de la cocina donde se encerraron las dos, desafiándose en mortal duelo, y es que la zapatilla tenía entonces mucha utilidad, pues además de proteger tu pié, servía para "enderezar a los niños respondones" y matar toda clase de rastreros, amén de la suela si era de goma que servía para proteger los tarugos de las albarcas antes de ser enviada "al bardal" mas próximo; pero por lo menos los ratones no ensuciaban la casa como lo hacían los miembros de la familia cuando una vez cada 2 años, dependiendo, realizaban la operación de limpiar chimenea en la que se introducía un cordel desde el tejado, con unos trapos atados hacia la mitad de manera que otra persona desde abajo hacía con la de arriba el movimiento de sube y baja, desprendiendo el ollín ó carbonilla que por ley de gravedad caía en la cocina, tiñendo todo de luto...... y el luto (por un difunto) era algo que se llevaba a rajatabla, sobretodo las mujeres, que con vestido negro podían pasar media vida, ya que al haber familias tan grandes, 8 a 14 y más hermanos, (costumbre de la época) cada año ó dos moría un allegado que le dába prórroga al tenebroso color, y otra vez habría que decir, "ni tan calvo ni con dos pelucas.- Saludos y perdonen la ortografía....... Mi correo, margumargu67@gmail. com