VADA: Alberto Rodrigo capta en este cuadro las esencias antiguas...

Alberto Rodrigo capta en este cuadro las esencias antiguas del pueblo cántabro de Vada, casi olvidado en el tiempo, con sus casas antiguas (unas de ellas con un escudo de nobleza deteriorado que hace mucho tiempo dejó de lucir el esplendor de sus habitantes), con sus calles intrincadas, serpenteantes, con un riachuelo que alimentaría a un molino arcaico y sobre todo con su pequeño puente destrozado que dio paso al tiempo y al agua cantarina de leyendas antiguas.

Este cuadro con su admirable ejecución pictórica es un relato visible de los múltiples esfuerzos de unos moradores que saben sobrevivir en un mundo caduco que se desintegra al paso del tiempo. Por eso para mayor representación ha enmarcado el cuadro en el otoño que se muere, como se ve en las ramas descarnadas que se asoman casi sollozantes desde los laterales del cuadro.

En este sentido Alberto Rodrigo es un pintor que sabe filosofar pictóricamente sobre la caducidad del mundo casi olvidado de los pueblos de España que recrea en sus cuadros. Carlos Etxeba