En el casco histórico de Santillana cuatro
fuentes y un
lavadero y
abrevadero, perviven en sus
calles desde el s. XVI. De todos el lavadero y abrevadero es el más conocido y reproducido en
fotografías por su emplazamiento, que tiene como marco principal la
fachada de la
Colegiata de
Santa Juliana y, a su espalda, el
arco de la
casa de Quevedo, que permite el desagüe del manantial que aflora junto al lavadero. En esta misma
calle, y adosado al muro del actual
museo de la tortura, encontramos una de las fuentes cuya ornamentación, jarrón enmarcado en una
hornacina, es de estilo barroco del s. XVII. De iguales características y decoración es la de la calle Gándara, ubicada a la entrada de la villa.