REINOSA: Concepción: Soy una reinosana, nieta e hija de unos...

Quisiera saber si esta foto corresponde con la casa donde estaba la tienda de ultramarinos "La Negra".
Sí es así correspondería con la casa de mis abuelos, donde después mi abuelo construyó la que ahora existe. Creo recordar que mi bisabuela se llamaba Ascensión.
Siempre he tenido curiosidad por saber como era esa casa. Un saludo.

Concepción: Soy una reinosana, nieta e hija de unos medicos de Reinosa. Los doctores: Venancio Casafont gonzalez (mi padre), y Venancio Casafont Quevedo (mi abuelo). Yá se fueron..., los dos. He estádo buscando fotos, sobre la casa en donde estába la Negra, pero no he encontrado náda. Nosotros vivíamos casi enfrente, y éste comercio, hera nuestra tienda referente. He encontrado ésto, que quizás te interese, y te lo mando.
Un abrazo sincero: Rosa Maria Casafont
COMERCIO Y ACTIVIDAD MERCANTIL

Precios Reinosa -dice El Cantábrico- «es el centro comarcal e industrial de toda la comarca, a donde acuden, en sus ferias y mercados, miles de vecinos de los Ayuntamiento limítrofes». La ciudad vive una edad de oro, la segunda se podría decir, tras la apertura del Camino Real a mediados del siglo XVIII. Cuenta con un núcleo urbano con abundantes servicios y comercios, que ejerce un alto grado de atracción económica, gracias a las oportunidades de empleo generadas por la industria. Todavía gran parte de la fiscalidad se basaba en el consumo, por cierto: un 35% del presupuesto de ingresos (cifrado en 433.095,49 pesetas) procede del Arbitrio sobre artículos destinados al consumo (153-000 pesetas).
Aquí cada lunes se encuentran las gentes de la comarca por ser día de mercado semanal y se abastecen de los productos básicos, de gran peso en la cesta de la compra (de ahí la inquietud que provoca la subida del precio del pan en noviembre). Repasemos algunos precios de enero -en pesetas-, teniendo en cuenta las lógicas variaciones a lo largo del año: la leche 0,60 (su adulteración parece ser una práctica bastante común): la docena de huevos del país (3 pesetas); kilo de manzanas, 0,50; las patatas a 0,20 el kilo; repollo 0,60; lechugas a 1,20; pollo grande 8 ptas.; sardinas a 0,80; pescadilla a 2,50. La ración de pan valía por término medio en la provincia 0,45 ptas. (precio de octubre).
Releyendo la prensa se puede intentar rehacer una somera guía comercial, que corre el seguro riesgo de resultar incompleta (¡no todos los negocios se anunciaban!, y no se dispone de registro de matrícula industrial).
En la hostelería abundaban los bares. En el recuento aparecen: el Mundial, España o Español (que anuncia el consumo de manzanilla de Argüeso), Montañés, Piquío, Tomate, Americano, Royalty, El Centro o Central y el Puerta del Sol. Dentro de los cafés figuran El Ebro (recién reformado) y el clásico café-bar Vitoria. Para hospedarse los hoteles Valenciaga, San Sebastián y las diversas pensiones y fondas, como las situadas junto a la Estación.
Las compras diarias podían efectuarse en los ultramarinos Benito, La Negra, Niceas, Ernesto o Vda. de Nicolás G. Castañeda -almacenista de coloniales-, Pero sin duda existían otras pequeñas tiendas de barrio que, junto a los puestos de la plaza, abastecían de carne y otros productos.
Dentro del segmento fabril agroalimentario destaca la marca Galletas Hierro - La Concha (propiedad de D. Ángel Hierro Fernández), dedicada a la fabricación y exportación de galletas, pan, pantortillas, etc. Herederos de la transformación harinera persisten molinos y fábricas de harina (Obeso, La Húngara, Amor...).
El pequeño comercio comprende tiendas como Doña Elena, Casa Rodenas, casa Ridruejo; telas y panas La Pasiega; los calzados de La Imperial o Pi-mi-Fran. Se contaba con varias relojerías (Altuna; Sra. Vda. de Fernández; relojería y platería Casa Suárez) y podían comprar muebles en la casa Ruiz Duque o en la de Aurelio Fernández Vega. El aseo de los caballeros podía completarse en la barbería Angelín, o cortarse un traje en la sastrería Casa Paisán. Para proveerse de material de oficina estaba la papelería El Lápiz de Oro o la imprenta Andrey. Había sucursales de los bancos Mercantil (calle Canalejas 33) y del Banco de Santander. Federico Imhof regentaba la Agencia Ford y ya se podía ir en el coche de línea del Carloto. Junto a la fuente de La Aurora podían aprovisionarse de carbón en el almacén de Ciriaco Ibáñez. (11)