En 1881, Antonio López, I Marqués de
Comillas, manifestó a los jesuitas su deseo de construir un
colegio de segunda enseñanza, en su marquesado para niños sin recursos,
tanto de la localidad como de los municipios vecinos. Los jesuitas rechazaron la propuesta, al considerar Comillas una localidad mal comunicada y con escasa población.
En su lugar, el padre Tomás Gómez Carral le propuso al marqués la construcción de un Seminario para la evangelización de América.
En una
reunión mantenida entre ambos, el marqués insiste en su proyecto inicial, pero ante la insistencia del Padre Gómez, este accede a entregar la primera cantidad de
dinero, que supuso el inicio de los trámites para las obras del Seminario, y la
compra de la colina de La Cardosa.
Tras la muerte del I Marqués, el 17 de enero de 1883, su hijo Claudio López Bru elevó la aportación económica de su padre, iniciándose la elaboración de los planos, y
colocándose la primera
piedra el 20 de mayo de 1883. Los planos fueron diseñados por el arquitecto catalán Joan Martorell i Montells, que trabajaba al servicio del marqués
en
Barcelona y en el conjunto
monumental de Sobrellano en Comillas. La distribución del
edificio fue adaptado, conforme al planteamiento jesuita, ubicando la
iglesia en el
centro, y a cada lado un
patio, destinados a la comunidad y a las aulas, respectivamente.