CERVATOS: Monasterio de San Pedro. ...

Monasterio de San Pedro.
Uno de los lugares por donde debió de pasar la calzada Pisoraca-Portus Blendius antes de llegar a Julióbriga fue Cervatos, desde donde, viniendo de la costa, podría uno, por Izara y Suano, conectar con el ramal de Somahoz. En ese punto, cruce de caminos, el conde de Castilla Sancho García debió de fundar un monasterio al que concede fuero en el año 999, fuero que ha sido considerado en gran parte apócrifo con añadidos muy posteriores.
Poco, sin embargo, sabemos de la vida de este antiguo monasterio de San Pedro de Cervatos, de sus vicisitudes, de su organización y de su poder.
Las pertenencias del monasterio eran muy variadas. Desde el Fuero a los demás documentos posteriores que nos la citan, tenía Cervatos: vasallos, iglesias, palacios, solares, prados, viñas, tierras, etc.
Exterior de la iglesia. Dado el más bien reducido tamaño de la iglesia, hay que suponer que nunca el monasterio debió tener muchos monjes. El edificio consta de una sola nave, presbiterio recto y ábside semicircular. Una capilla y algunas dependencias del monasterio se añadieron al muro norte posteriormente. En el hastial del oeste se apoya torre prismática.
La puerta principal se alza, sobresaliente, en el centro del muro sur, cubierta con tejadillo que apoya en cornisa de baquetón, a su vez sostenida por tres canecillos.
Entre canecillo y canecillo, sobre el muro, y no en la misma cornisa, se intercale una metopa en relieve con temas diversos.
El arco de la puerta lleva guardapolvos de zarcillos elípticos, secantes con hojas inscritas. Debajo, siete arquivoltas simples, de solo boceles y medias cañas, que apoyan, alternativamente, en capiteles (tres a cada lado y en jambas prismáticas. Un cimacio de hojas pentapétalas envueltas por tallos recorre capiteles y jambillas. Cervatos presenta un muy bello tímpano decorado con entrelazos de follaje, todo tallado en tres piedras verticales adaptadas al arco. Para más compleja belleza, lo vemos apoyar sobre doble dintel.
Los capiteles de la puerta son todos de animales enfrentados, monstruos y aves. Las columnas son monolíticas con basas de toro inferior poco marcado y con lengüeta y escocia profunda. Toro superior muy resaltado. El conjunto se levanta sobre banco corrido.
Los relieves de las enjutas de la puerta son tres a cada lado.
El presbiterio y el ábside van sin marcada individualización, formando cinco calles: dos rectas (las del presbiterio) y res curvas (las del ábside), separadas por contrafuertes prismáticos que llegan al segundo cuerpo. Éste se divide por columnillas que suben hasta colocar su capitel como canecillo de la cornisa. Apoya ésta en treinta y ocho canecillos, contando también los del presbiterio, todos ellos muy trabajados y que constituyen así uno de los conjuntos escultóricos de mayor interés de la iglesia.
El ábside tiene una ventana en cada calle del semicírculo: la izquierda, la central y la derecha.
El muro norte lleva veinticuatro canecillos, también de muy variada iconografía.
El hastial del oeste, en el espacio que deja libre la torre, tiene una pequeña ventana de muy parecida ordenación a todas las anteriores: guardapolvos muy desgastado, baquetón, capiteles, cimacios muy erosionados y fustes monolíticos.
La torre es prismática, buen ejemplar entre las torres románicas de Cantabria. Está formada por tres cuerpos, el inferior macizo, que ocupa más de la mitad de la altura; el segundo con armaduras triples ciegas, y el último con dobles troneras. En estos arcos, salvo en aquéllos reformados, se conservan los capiteles. Los mejor conservados son los del lado sur. Las arquerías son ya apuntadas. Los cuerpos de la torre se separan por impostas de rombos y billetes.
El interior de la iglesia. Puramente románico solo se conserva el presbiterio, ábside y arco triunfal, así como parte de los muros de la nave, cuya cubierta ya es totalmente gótica. El arco triunfal es de medio punto y doblado, apoya en capiteles historiados del mismo taller que ha trabajado el resto de la iglesia, salvo la torre.
El presbiterio lleva bóveda de cañón y se separa del ábside por un arco de medio punto, doblado, que carga sobre capiteles de cortísimos fustes que apoyan en ménsulas prismáticas muy originales.
El ábside se cubre con bóveda de horno que parte de una imposta de billetes bajo la cual existe una zona de tres ventanales que llevan guardapolvos de billetes. Las ventanas son semejantes, con arquivolta de baquetón con bolas que apoya en capiteles en los que se tallan animales afrontados con volutas en l alto; fustes monolíticos, y basas semejantes a las de las ventanas exteriores. Estas tres ventanas apoyan sobre imposta de billetes que abre hacia abajo una bella arquería ciega de diez arcos de medio punto con arquivolta de baquetón que carga sobre los capiteles historiados.
Las inscripciones de la fachada. Dos inscripciones incisas en sillares de la fachada, nos informan bastante bien de las dos distintas fases cronológicas: la de la iglesia, que parece construida en lo románico en el primer tercio del siglo XII, y la de la torre, de muy finales del mismo siglo. (1) web local (Círculo Románico)


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