Hasta los años veinte se recuerda en las estancias ya vacías, como resto del pasado glorioso del caserón, un lienzo con la imagen del tal Bernabé de forma elíptica y que estaba colgado en la sala cuando sólo hacía ya las veces de granero y "salón de comedias" que por cierto fué donde estrenó Manuel Llano su primera obra siendo niño, la escribió en la escuela con ayuda del maestro y fué interpretada por sus compañeros mientras él mismo hacía las veces de "director".