Hace unos años, cuando estaba Barak Obama como candidato a la presidencia de Estados Unidos, se había abierto una gran esperanza para un cambio global. El mundo occidental esperaba que fuera el adalid que diera con la clave y encontrara un nuevo sistema que nos hiciera a todos salir de esta desesperante crisis. Con el paso del tiempo hemos visto frustrado este deseo y hemos seguido sumidos en una desesperanza aún más agudizada.
Sin embargo un hecho, aparentemente baladí, ha cambiado el rumbo y las expectativas: la renuncia de un pontífice y la elección de uno nuevo. El nuevo obispo de Roma, como a él gusta llamarse, ha dado las claves de una esperanza que parecía nunca llegar. Y todo ha sido con frases que todos conocíamos y todos reclamábamos ante tantos Bárcenas, Correas y Carcaños. El gobernante como servidor, la pobreza como elemento de rescate. En definitiva hacer de la economía no solamente un elemento matemático, sino además un elemento humano. La economía al servicio del ser humano y no el ser humano al servicio de la economía. El guante está lanzado, ahora deben de ser los políticos los que lo recojan y articulen un nuevo amanecer.
Pero además de los políticos debemos implicarnos todos, recuperar muchos de los valores aparcados, y emprender un rumbo donde la justicia, la honradez y la solidaridad imperen. Como dice el Papa la búsqueda de la verdad, la bondad y la belleza. Verdad y ternura proclamaba con una profunda sencillez ante los mandatarios que asistieron a su coronación.
Afortunadamente en este cuarterón somos custodios de estos valores que con tanto sacrificio nos enseñaron nuestros padres y abuelos. Me siento una vez más orgulloso de mis antepasados y de las personas que se asoman a este foro porque forman parte de ese pilar sin el cual ningún cambio sería posible. Nos podemos sentir orgullosos de haber nacido en un pueblo que fue salvaguarda tan preciado tesoro.
Os invito a seguir apoyando estos valores y a seguir inculcándoselos a nuestros descendientes.
Sin embargo un hecho, aparentemente baladí, ha cambiado el rumbo y las expectativas: la renuncia de un pontífice y la elección de uno nuevo. El nuevo obispo de Roma, como a él gusta llamarse, ha dado las claves de una esperanza que parecía nunca llegar. Y todo ha sido con frases que todos conocíamos y todos reclamábamos ante tantos Bárcenas, Correas y Carcaños. El gobernante como servidor, la pobreza como elemento de rescate. En definitiva hacer de la economía no solamente un elemento matemático, sino además un elemento humano. La economía al servicio del ser humano y no el ser humano al servicio de la economía. El guante está lanzado, ahora deben de ser los políticos los que lo recojan y articulen un nuevo amanecer.
Pero además de los políticos debemos implicarnos todos, recuperar muchos de los valores aparcados, y emprender un rumbo donde la justicia, la honradez y la solidaridad imperen. Como dice el Papa la búsqueda de la verdad, la bondad y la belleza. Verdad y ternura proclamaba con una profunda sencillez ante los mandatarios que asistieron a su coronación.
Afortunadamente en este cuarterón somos custodios de estos valores que con tanto sacrificio nos enseñaron nuestros padres y abuelos. Me siento una vez más orgulloso de mis antepasados y de las personas que se asoman a este foro porque forman parte de ese pilar sin el cual ningún cambio sería posible. Nos podemos sentir orgullosos de haber nacido en un pueblo que fue salvaguarda tan preciado tesoro.
Os invito a seguir apoyando estos valores y a seguir inculcándoselos a nuestros descendientes.
