BIELVA: Un placer Miguel, leerte por ésta ventanuca y siempre...

Gerva, los hijos en ocasiones nos sorprenden, pero como sabes también nos enseñan. Tu conoces muy bien a los tuyos y estoy seguro que Inés con su actitud de acudir al sepelio de tu hermano Antonio no te ha sorprendido del todo. Nunca sabremos a ciencia cierta si nuestros consejos por experiencia y años son los adecuados, pero eso si, son bienintencionados.
Hace 30 años vivimos una sociedad distinta, diferente y si te das cuenta (que si) nosotros anhelamos día a día mejorar las formas para educar a los hijos, intentando superar los métodos con los que aprendimos, cada uno con el suyo porque cada cual ha tenido una vida y unos padres distintos a los otros.

Aún sintiéndonos orgullosos de su esfuerzo y de la educación que nos dieron, nosotros queremos hacerlo mejor, incluso mucho mejor y eso es lógico. En ocasiones nos permitimos el derecho de calificar actuaciones de nuestros hijos sin la necesaria consciencia de que, quién no estamos preparados para muchas de las nuevas vicisitudes de la vida que ellos viven, actuales, somos nosotros.

Yo lo digo pero tampoco creas que aprendo, me cuesta. Sigo pensando que por mi experiencia las cosas son como digo y ya han sido demasiadas las veces que se demostró a lo largo de generaciones y generaciones que eso no era así.
Inés te ha demostrado que siempre está ahí, pero eso me temo que tu ya lo sabías hace mucho mucho...

Besucu amigo.

Un placer Miguel, leerte por ésta ventanuca y siempre con sabias reflexiones. Jace tiempu que no te teníamos por aquí y se agradecen éstas señales. La clave de éste cuarterón es el respeto y manejo de los tiempos de cada cual, por ello se agradece las apariciones porque cuando se producen se hacen voluntariamente y por apetencia personal y sin compromiso del "cumplido". El "cumplido" no es el camino de éste cuarterón. Aquí somos variados y humanos con nuestras idas y venidas y nuestros estados anímicos, pero sabemos que siempre que queramos en ésta ventanuca tenemos un refugio para escribir nuestros pensamientos y ante un aforo de confianza y aunque no aparezcamos en meses, cuando lo hacemos, sabemos que ahí seguimos y que somos recibidos con la misma intensidad. Es natural que por el tiempo que lleva el cuarterón atravesemos de todo, ya que una vez pasada la novedad, el conservar la regularidad es más complicado, produciéndose etapas irregulares.
Un abrazu amigo


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