DE LA FLORIDA A PUERTO REAL
El gran salto de Blanca, de la Florida, pueblo minero de Cantabria cercano a Bielva a Puerto Real (Cádiz).
Quien se lo iba a decir aquella niña de la mano de su madre Ñuca, caminando por aquellas calles embarradas (así lo delatan sus zapatos) de la Florida, un pueblo de mineros donde su padre Naro se ganaba con su esfuerzo diario en las profundidades de aquellas minas el sustento para alimentar a la familia.
Esta niña de blanco y negro y de ojos vivarachos tenía claro que aquel destino no era su meta, ella peleó muy duro como en algunos mensajes nos menciona, incluyendo un año de reclusión en una casa de Bielva por enfermedad, donde la visitaban las niñas de su edad. Pero a ella la naturaleza la dotó de un carácter triunfador que supo superar cuantas barreras le ponía el destino hasta llegar por amor a Puerto Real y allí forjarse todo un patrimonio en compañía de su familia donde trabajando duro han conseguido un bienestar que les permite vivir desahogadamente y disfrutar con la gente de su alrededor como una andaluza de Bielva, resultando otra embajadora del sano y afable carácter de la gente de Bielva.
Todo un ejemplo y orgullo de superación que podría dar conferencias en lugares destacados de como dominar y superar las distintas adversidades que por la vida nos vamos encontrando, ahora que tanta desazón tenemos por la crisis que atravesamos.
Gran paisana orgullo de todos nosotros.
El gran salto de Blanca, de la Florida, pueblo minero de Cantabria cercano a Bielva a Puerto Real (Cádiz).
Quien se lo iba a decir aquella niña de la mano de su madre Ñuca, caminando por aquellas calles embarradas (así lo delatan sus zapatos) de la Florida, un pueblo de mineros donde su padre Naro se ganaba con su esfuerzo diario en las profundidades de aquellas minas el sustento para alimentar a la familia.
Esta niña de blanco y negro y de ojos vivarachos tenía claro que aquel destino no era su meta, ella peleó muy duro como en algunos mensajes nos menciona, incluyendo un año de reclusión en una casa de Bielva por enfermedad, donde la visitaban las niñas de su edad. Pero a ella la naturaleza la dotó de un carácter triunfador que supo superar cuantas barreras le ponía el destino hasta llegar por amor a Puerto Real y allí forjarse todo un patrimonio en compañía de su familia donde trabajando duro han conseguido un bienestar que les permite vivir desahogadamente y disfrutar con la gente de su alrededor como una andaluza de Bielva, resultando otra embajadora del sano y afable carácter de la gente de Bielva.
Todo un ejemplo y orgullo de superación que podría dar conferencias en lugares destacados de como dominar y superar las distintas adversidades que por la vida nos vamos encontrando, ahora que tanta desazón tenemos por la crisis que atravesamos.
Gran paisana orgullo de todos nosotros.
