VALIENTES CAMINANTES
Valientes caminantes que habéis querido sentir lo que nuestros mineros tenían que hacer dos veces al día para llegar a su trabajo. Me pregunto ¿Qué habrá pasado por vuestras cabezas mientras caminabais por la ruta? Imagino que habréis valorado ese esfuerzo de nuestros mineros, tanto de día, cómo de noche, lloviendo, nevando, con calor, con frio, etc, etc. Éste era su viacrucis antes y después de la dura jornada en la mina. Muchas gracias a los tres por homenajear la Ruta de los Mineros, por recordarla para no olvidarla, para decirnos, que forma parte de la historia del Soplao y es de agradecer que se revivan esos esfuerzos que a diario a ellos les tocaba realizar. Bien por los tres, que olvidándose de la comodidad del coche habéis querido experimentar lo que nuestros mineros tenían que pasar antes de empezar a trabajar en las entrañas de la tierra. Son las sensaciones de nuestra historia que tan en directo nos habéis recordado.
Un sentido abrazo garantes del patrimonio de nuestra historia.
Valientes caminantes que habéis querido sentir lo que nuestros mineros tenían que hacer dos veces al día para llegar a su trabajo. Me pregunto ¿Qué habrá pasado por vuestras cabezas mientras caminabais por la ruta? Imagino que habréis valorado ese esfuerzo de nuestros mineros, tanto de día, cómo de noche, lloviendo, nevando, con calor, con frio, etc, etc. Éste era su viacrucis antes y después de la dura jornada en la mina. Muchas gracias a los tres por homenajear la Ruta de los Mineros, por recordarla para no olvidarla, para decirnos, que forma parte de la historia del Soplao y es de agradecer que se revivan esos esfuerzos que a diario a ellos les tocaba realizar. Bien por los tres, que olvidándose de la comodidad del coche habéis querido experimentar lo que nuestros mineros tenían que pasar antes de empezar a trabajar en las entrañas de la tierra. Son las sensaciones de nuestra historia que tan en directo nos habéis recordado.
Un sentido abrazo garantes del patrimonio de nuestra historia.
Hola a todos!
No os podeis imaginar lo que pudimos disfrutar haciendo el camino de los mineros! Los tuvimos presentes todo el tiempo, precisamente hablando de las penurias que tendrian que pasar todos los días sin faltar ni uno al trabajo, lloviendo, nevando, con frio,... Fue impresionante conocer todo el camino, sobretodo dar las gracias a Luis que nos indicaba cada paso que dabamos, como se llamaban las fincas, picos, árboles plantados, de quién eran... en fin, todo un lujo de detalles, este Luis es como una buena enciclopedía. Además de reconocer que los mineros hacian el camino mucho más ligeros que nosotros, que lo hicimos como recreo y disfrutando del paisaje. La verdad es que hizo un día explendido, así pudimos disfrutar después en el alto de la Florida. Es un sitio precioso, con unas vistas impresionantes de San Vicente, Comillas,... Había instalada una carpa en la que se hizo la misa, hicieron el homenaje a los mineros y actuaciones diversas de música y cante tradicional de Cantabria.
Pasamos un día estupendo, el tiempo nos lo permitió y disfrutamos comiendo todos juntos en el prao un poco de queso, tortilla, filetes... una comida campestre y muy bien acompañados.
Contaros también que Patrocinio (Cuqui) quiso hacer el camino con nosotros y salió a nuestro encuentro, pero que al no encontrarnos se volvió y le subieron en coche, pues también quiso acompañar a mi abuelo. El año que viene le harán el homenaje a él, esperemos poder estar allí todos. A ver si nos animamos a ir alguno más andando.
Mi abuelo estaba nervioso, pero feliz de estar tan acompañado y que hiciera tan buen día. Se acordaba de un día que a la vuelta de la mina habían bajado él y un compañero, un colonio de hierba cada uno, desde una cuadra que hay más arriba del Soplao hasta casa; que el compañero había dejado el suyo en la lechería y después de llegar a casa y comer, no sabía si ir a por el otro colonio de hierba a la lechería o prenderle fuego. No me extraña, hay que ver todo lo que podían trabajar y los esfuerzos y sacrifios que hacían aún así después del trabajo. Al volver a casa me decía que estaba contentísimo, que seguro que habrian hecho homenaje a muchas personas, pero que ninguno estaría tan mirado y acompañado como se había sentido él. QUE GRANDÍSIMO ERES GÜELITO, LO MERECES TODO.
No os podeis imaginar lo que pudimos disfrutar haciendo el camino de los mineros! Los tuvimos presentes todo el tiempo, precisamente hablando de las penurias que tendrian que pasar todos los días sin faltar ni uno al trabajo, lloviendo, nevando, con frio,... Fue impresionante conocer todo el camino, sobretodo dar las gracias a Luis que nos indicaba cada paso que dabamos, como se llamaban las fincas, picos, árboles plantados, de quién eran... en fin, todo un lujo de detalles, este Luis es como una buena enciclopedía. Además de reconocer que los mineros hacian el camino mucho más ligeros que nosotros, que lo hicimos como recreo y disfrutando del paisaje. La verdad es que hizo un día explendido, así pudimos disfrutar después en el alto de la Florida. Es un sitio precioso, con unas vistas impresionantes de San Vicente, Comillas,... Había instalada una carpa en la que se hizo la misa, hicieron el homenaje a los mineros y actuaciones diversas de música y cante tradicional de Cantabria.
Pasamos un día estupendo, el tiempo nos lo permitió y disfrutamos comiendo todos juntos en el prao un poco de queso, tortilla, filetes... una comida campestre y muy bien acompañados.
Contaros también que Patrocinio (Cuqui) quiso hacer el camino con nosotros y salió a nuestro encuentro, pero que al no encontrarnos se volvió y le subieron en coche, pues también quiso acompañar a mi abuelo. El año que viene le harán el homenaje a él, esperemos poder estar allí todos. A ver si nos animamos a ir alguno más andando.
Mi abuelo estaba nervioso, pero feliz de estar tan acompañado y que hiciera tan buen día. Se acordaba de un día que a la vuelta de la mina habían bajado él y un compañero, un colonio de hierba cada uno, desde una cuadra que hay más arriba del Soplao hasta casa; que el compañero había dejado el suyo en la lechería y después de llegar a casa y comer, no sabía si ir a por el otro colonio de hierba a la lechería o prenderle fuego. No me extraña, hay que ver todo lo que podían trabajar y los esfuerzos y sacrifios que hacían aún así después del trabajo. Al volver a casa me decía que estaba contentísimo, que seguro que habrian hecho homenaje a muchas personas, pero que ninguno estaría tan mirado y acompañado como se había sentido él. QUE GRANDÍSIMO ERES GÜELITO, LO MERECES TODO.
Sara, mándale un fuerte abrazo a tu abuelo de mi parte. Se merece ese homenaje y más.
Pepe
Pepe
Gracias Pepe! Ayer estuve pasando el día con mi abuelo hablando de muchísimas cosas. Ya se que tienes un niño hermosísimo, a ver si coincidimos y puedo conocerle. Saludos
