Desde el punto de vista geológico, el litoral del
Parque Nacional de Timanfaya es un buen ejemplo de la persistencia de dos procesos antagónicos que condicionan el modelado de las costas expuestas de
Canarias: por un lado, la creación de nueva costa por terreno
ganado al
mar en las erupciones y por otro, la fuerte erosión a que ésta se ve sometida por efecto del oleaje.