La isla se transformó por completo. Nueve
pueblos quedaron enterrados (Tingafa, Mancha Blanca, Las Maretas,
Santa Catalina, Jaretas,
San Juan, Peña de Plomos, Testeina y Rodeos) y durante seis años la lava se extendió por la zona sur cubriendo un cuarto de la isla y llenando las vegas cercanas de cenizas volcánicas.