La
gruta desciende 36 metros bajo tierra y aunque hay zonas bastante holgadas, las personas con claustrofobia pueden sentir un poco de agobio al no haber luz natural ni
ventanas al exterior. Si se va con niños pequeños, lo mejor es optar por la mochila de porteo, ya que el recorrido no es apto ni para carritos de bebés ni para sillas de ruedas.