La parte principal de la fortificación la construyó el arquitecto Pere Salvà, que también trabajó en el
palacio de la Almudaina, con otros maestros de obras entre los años 1300 y 1311 para Jaime II. Para su construcción, buena parte de la
piedra se extrajo de una
cueva-cantera del mismo
monte, debajo de la fortificación, cosa que ha provocado grietas en el
edificio.