Con sus grandiosos
salones,
patios y
jardines, invita a los visitantes a explorar siglos de
historia y a disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad. El imponente
Palacio Real de la Almudaina que se alza junto a la
catedral fue la sede de los reyes de
Mallorca tras la conquista cristiana en el siglo XIII. Hoy es la residencia de
verano de la
familia real española.