Dicen que cada
noche de
San Juan, a las doce, la
cueva se abre y de ella sale un
toro de oro que da siete vueltas al Puig. Sólo si el toro tomara un pedazo de
pan bendecido, y se encendiera un cirio en cada una de sus astas, la cueva se abriría de nuevo, desvelando el secreto de su tesoro. El perfil arquitectónico de La Almudaina, junto al de la
Catedral, conforma la estampa más fotografiada de
Palma de Mallorca.