En enero de 2016 el pleno del
Ayuntamiento aprobó el cambio de nombre de la ciudad, con lo que volverá a llamarse «Palma» en lugar de «
Palma de Mallorca». La propuesta fue presentada por el equipo de Gobierno del Consistorio palmesano (PSIB, MÉS y Podemos) y era una de las iniciativas planteadas desde el inicio de la legislatura municipal.