En 1715 entraron en vigor los Decretos de Nueva Planta, recuperando la ciudad su topónimo
romano, Palma, en uso desde el siglo XV. Ya en el siglo XX, fue protagonista de un intenso auge turístico durante las décadas de 1960 y 1970. En la actualidad constituye un notable centro económico y cultural a nivel insular, autonómico y nacional.