Las religiosas que habitaban el
convento fueron trasladas a un centro religioso del Camí Vell de
Bunyola, en la actualidad regentado por la Orden Hospitalaria de
San Juan de Dios, donde permanecieron hasta que en el mes de septiembre del año 2008, y por carencia de vocaciones, se instalaron en la localidad catalana de Sant Cugat del
Vallès, llevándose consigo parte de su patrimonio