El nombre que terminó llevando como templo cristiano proviene de la sustitución del
cristo crucificado que se colocó cuando fue consagrada como
ermita, por una imagen de la
Virgen de la Luz posteriormente desaparecida. En la actualidad es un espacio desacralizado. La planta es prácticamente cuadrada, de unos 9 metros de ancho, y genera, a partir de los cuatro soportes centrales, nueve compartimentos abovedados.