La
Puerta de
Toledo de
Ciudad Real es un exponente de la
arquitectura militar los siglos XIII y XIV. Promueve su construcción el rey Alfonso X el Sabio cuando en 1255 otorga a la villa su Carta Puebla, concluyéndose la obra en 1328 en tiempos de Alfonso XI. Es la única puerta que se conserva en la actualidad, de las siete que llego a tener la antigua
muralla que rodeaba la ciudad. Tuvo diversas funciones a lo largo de su
historia, sirviendo como puerta de ronda para la vigilancia de la ciudad, hasta portazgo o puerta donde se pagaban los impuestos en el transporte de mercancías y personas desde Toledo a
Sevilla.