Durante el siglo XIX, el
edificio experimentó una de sus transformaciones más significativas. En 1850, el arquitecto Elies Rogent fue el encargado de realizar una serie de reformas que modernizaron el edificio y lo adaptaron a las necesidades de la época. Estas reformas incluyeron la creación de nuevas salas de
reuniones, oficinas y espacios administrativos. El
Palacio de la Diputación de
Barcelona ha servido a lo largo de su
historia como sede de diversas instituciones gubernamentales y administrativas. Originalmente, fue la sede de la Diputación del General de
Cataluña, una institución que tenía como objetivo la recaudación de impuestos y la administración de los recursos del principado.