Sobre las 15,00 horas del 5 de marzo de 1938, zarparon de Palma los cruceros
Baleares -capitaneado por el Almirante Vierna-,
Canarias y Almirante Cervera para escuchar a unos mercantes que venían de
Italia y se dirigían hacia la Península. En Baleares embarcaron unas 1.200 personas. Esa misma
noche, el convoy, ya en alta
mar, entró en combate como la flota republicana. Entre la flota roja se encontraba el destructor Lepanto, que lanzó doce torpedos, de los cuales, algunos, impactaron en el costado de babor de Baleares, a la altura del
puente, matando en el acto al Almirante Vierna y a todo su Estado Mayor. La explosión fue tan grande que se oyó desde el Cabo de Palos al Cabo de La Nao, situados a 70 millas del sitio del hundimiento.