VIEGO: Desde mi rincón LXXIII...

Desde mi rincón LXXIII

De mes a mes desde el corazón de España

Amigos míos: Hoy tengo revolucionado el niño que llevo dentro, ya hace días que se sublevo, y es que el niño se vuelve viejo y el viejo se vuelve niño.
He tenido la suerte ¡Mi niño! de pasearte por la vida con gran amor, he querido llevarte con dulzura, poniendo mucha azúcar en el pasado y perdonando a aquellos hombres que no sabían lo que hacían.
Si, si, ya se que me preguntas a menudo. por que esos hombres me dejaron sin padre a los nueve años. ¿Por qué tuve que dejar mi casa, mi “ cole “? donde ya apuntaban mis sueños de poeta.
-Se ha perdido todo -
No, No, mi niño, aquí estoy yo con la pluma en la mano,
poniéndole bálsamo a tus lloros.
Hoy es un día que te has revolucionado y me recuerdas que estuviste en la lista de los niños que fueron a Rusia, y si no hubiera sido por la valentía de mamá; que dijo aquello de LO QUE SEA DE UNOS SERA DE TODOS, y me agarró fuerte del brazo, aquello se hubiese cumplido.
Si, pero luego vino la muerte de papá, un inocente sin causa, sin ideales.
- Tantas veces me has preguntado ¿Por qué?
La evacuación forzosa. Como explicar a los míos, a otras gentes, que con mis pocos años me hicieron mayor.
Toda la vida ¡cariño mío! he tenido que ir diciendo aquello. Que yo nunca he sido niño / y si lo fui algún día / quizás fuese soñando /.
¿A quién pedir explicaciones? Me matasteis en vida.
Mi niño no ha salido rencoroso, ha llorado por dentro, y en los libros y revistas están sus lagrimas y las mías.
He querido devolver en bien, el mal que me hicieron los hombres, y mis recuerdos auque salen ya de un viejo, cada recuerdo es una perla que voy sacando del cofre en este mundo de las letras.
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Un recital que di con la ya desaparecida Gloria Fuertes, me dijo: que siempre escribiese cosas para niños. Hay muy pocos escritores que escriben cosas a los pequeños, y ellos siempre seràn la continuación de la vida.
Por eso digo que hoy, el niño que llevo dentro está un poco protestón.
Quería decirte -mi niño _ que me ha sido muy difícil el convertir la metralla en el pan de cada día, los obuses en perlas incrustadas, y que sólo Dios y yo sabemos que es bueno perdonar …

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Manuel González Álvarez