VIEGO: Muy bien Amparo: Todos tenemos espinitas dentro y,...

Desde que tengo memoria recuerdo verla, cuidando siempre con cariño y esmero a los suyos, Haciendo esa rica boroña, como solo ella sabia hacerla, dandole esé punto, que amí tan rico me sabía.
Su marido que ya ba para años que murio, su cabeza está coronada por cabellos blancos como la nieve, y sus manos blancas y pequeñas huesudas.
Por las tardes suele pasear y acompañar a sus vecinos más cercanos, pasea lentamente, su soledad hacia su pequeño trozo de campo, que cuida con todo esmero. No es que produzca gran cosa, pero se entretiene arreglando las pocas plantas de patatas, verzas y tambien sus bellas flores.
Los domingos por las tardes, casi siempre con un ramo de flores va hasta el cementerio y allí pasa quién sabe cúantas horas frente a la tumba de su marido. A veces me pregunto si es bueno acordarse de años atras. Cuando sus ojos brillan y sus arrugas son ahun más profundas.
Una vez me fige en ella con disímulo mientras tomaba el sól. Y no vi el rostro de quien esta amargado. Vi alegria en sus ojos color de miel, en su cara curtida por el trabajo y el sufrimiento. Vi a alguién que una véz tubo quince años, que se sonrrojó y volvío la cara como cuando la míra un chico por primera vez... Y entonces comence a quererla, a necesitarla allí, en sú sitió en su casá
de siempre, sin hacer nada pero cumpliendo un papel tan importante en la vida familiar.
Y solo yo puedo decír lo mucho que sufrió y lloró y lo mal que lo pasó, al sacarla de su entorno, su casá sú Viego del alma. Comenzo a ser la pesadilla de mi vida diaria.
Y solo puedo decir cuánto la heché de menos, el día que fuí a Viego entre cantos de pajaros y a quellas flores que ella tanto adoraba, y la enterraron con su marido bajo una pequeña cruz.
Ya pocos la recordaran, su trocito de huerto invadido por las hierbas y tal vez yo olvide Les Paraes y el umbral de aquella casina de piedra se siente alguien alguna vez. La casá como mi tia se irá desaciendo lentamente, y miles de recuerdos se verán sepultados entre sus ruinas,
Entre sus ruinas que les daran la paz.

Muy bien Amparo: Todos tenemos espinitas dentro y, que mejor que se las contemos a los demas. Yo tengo mi alma en Viego y os leo con todo cariño, lloro con vuestras penas y lo gozo cuando poneis cosas graciosas.
Me ireis conociendo, soy un poco de que no puedo ver inJusticias.
Narras muy bien Amparo, y te animo a que sigas EN el Foro, somos dos personas nuevas y podemoa animar a otras, tantas cosa pasAn el los pueblos que quedan oculTas por no haber alguien que lo diga. ParA TODOS. Concordia