La Casuca, la mas baja con su
cuadra por encima del Praon y la subida hasta la loma del Cullu los Gues, son lugares constantes de mi infancia y
juventud. La Casuca era la mayor
finca de la herencia de mi padre, daba pastos y yerba para nuestra pareja de
vacas casi todo el año. Desde niño subia con las vacas, colaboraba en la recogida de la Yerba por el
verano, como hacíamos casi todos los guajes de aquella época, hasta que me llego la hora de estudios en Corias, Cangas del Narcea; recuerdo a Jedo con sus
fincas del Rebustiello y la Praoncelia
camino de la Casuca, que fue vendida por mis padres en los años 1950.
Recuerdo la presencia de fugaos que dormían en nuestra cuadra y respetaron nuestra presencia, ocultos en la mata de
arboles, incluso alimentaron nuestras vacas, para que no subiéramos al
pajar.