En esa sebe me quedé yo estancada varias veces con los esquís, que de aquella en la infancia parece como si uno no tenga miedo a nada, pues hoy día no me atrevería desde luego a tirarme esquiando desde la Corraona de Tomás. Y al fondo se ve mi casa, donde aún hoy veo postrase la imagen de mi madre "echandome una voz" y privandome por esa tarde de mi divertimento con la nieve...
Y.g.
Y.g.