Desde los
ventanales del
campanario divisas la Pola con su variedad de
tejados y de azoteas. Pasa la gente como hormiguitas (la altura es considerable) y la perspectiva de la Avenida y el
Ayuntamiento, es la mejor.
De mis tiempos de monaguillo guardo unos buenos recuerdos de esta
torre.
El último tramo de
escaleras era de madera y uno de los escalones tenía rota una tabla (ya me la sabía de memoria), incluso llegué a subir arriba de
noche y a oscuras y, sim embargo nunca pisaba la tabla fatídica.
Recuerdo, muy de pequeño de ver a don Joaquín el párroco con una pierna escayolada. (tuvo una caida en el campanario).
¿Habrán arreglado ya el escalón?