El caracol, que como se vé en la fotografía culmina la espiral de piedras, no tiene cuernos, se intentó varias veces ponérselos, pero los fines de semana, siempre se los arrancaban. Por fin el ayuntamiento desistió de su tentativa. Y ahí está el pobre caracol esmochado, sin que nadie le pueda cantar aquello de:"Caracol, col, col, saca los cuernos y ponlos al sol". No se admiten chistes al respecto. Nacho.
Cuantas veces bebi agua de sus caños.
Fuente de El Caracol, en el Campo de San Francisco.
Cuantas veces bebi agua de sus caños.
Fuente de El Caracol, en el Campo de San Francisco.