Ayer domingo estuve sentado a mediodía aquí mismo con mi mujer, mis dos hijas, Jose (Colo) y Chiti. Afirmo sin ningún lugar a dudas que es uno de los lugares más apacibles, agradables y divertidos del mundo, si no el que más. Si hubiera
cielo, sería así: Requejo, buena compañía y un poco
sidra (o un mucho).
César.