Parecen bailarinas en la
Feria de
Sevilla.
La gracia de su talle, la alegría del
colorido de sus telas, la formación acompasada en el tablao de la fina arena de oro de la
Playa de
San Lorenzo, acariciadas por la brisa del Cantábrico y acompañadas por el constante murmullo del infinito llegar de las olas, hacen de esta bella estampa un imaginable balet marino.