El MUMI rinde
homenaje a la minería asturiana por todo lo alto, puesto que se encuentra construido sobre los terrenos que una vez ocupó la emblemática
mina de
San Vicente —la primera en ser autogestionada por un sindicato minero a principios del siglo XX—. A nuestra llegada, un gran castillete de metal nos recibe y custodia nuestra entrada al interior del
edificio. Una vez dentro, descubrimos un espacio diáfano distribuido en dos plantas, y multitud de paneles informativos que nos muestran dónde encontrar el acceso a cada sala temática.