Construida entre 1918 y 1921 por el arquitecto Miguel Ángel Navarro (el mismo que el
Mercado Central de
Zaragoza) y tras sufrir un incendio, no fue habitada por su mujer hasta 1926, año del fallecimiento de D. Juan Solans, quien nunca llegó a vivir en ella. La
Casa de los Azulejos llamaba la atención en un
barrio industrial por su cuidada decoración de
cerámica vidriada, que combina motivos de estética modernista e historicista muy de moda en aquella época. Fue escenario de las
fiestas de la burguesía zaragozana de los años 20.