Interior de La Catedral-Basílica de Nuestra Señora del Pilar, ZARAGOZA

Interior de La Catedral-Basílica de Nuestra Señora del Pilar
La disposición interior de la Basílica del Pilar se articula en tres naves —la central más ancha— y siete tramos, que descansan sobre gruesos pilares decorados con pilastras adosadas clasicistas. Sobre ellos hay unos sobrios entablamentos que soportan cúpulas sobre pechinas y bóvedas rebajadas. En los muros se abren capillas laterales cubiertas con cúpulas con linterna o bóvedas. Los intradoses de los arcos de medio punto, cuellos de bóvedas y cúpulas fueron decorados en 1871 por el escultor Manuel Miguel Gálvez con guirnaldas y putti.

Siguiendo un recorrido según las agujas del reloj, desde la llamada Puerta baja (la más cercana a la Virgen, en el extremo este de la fachada Sur), se encuentra la capilla de Santa Ana y la de San José. A continuación, en el centro de la nave lateral Sur, se abre la Sacristía mayor. Seguidamente la capilla de San Antonio y la de San Braulio hasta llegar a la entrada de la Puerta alta. En el tramo oeste, en el trascoro, se encuentran cuatro pequeñas capillitas, a ambos lados del coro, entre las que destacan las del Ecce Homo (con un cuadro atribuido a Roland de Mois o a Pablo Scheppers), y la de la Buena Esperanza. En el lado de los pies de la catedral se abren otras dos capillas: del Rosario y de San Agustín (llamada también Parroquia del Pilar, donde se celebran oficios religiosos cotidianos) y entre ellas se sitúa la Sala capitular.

En el lado Norte y desde la Puerta alta del Norte, que da a la ribera del Ebro, hay otras tres capillas: San Pedro Arbués, San Lorenzo y San Joaquín y la Sacristía de la Virgen, dejando en el centro el espacio que ocupa el Museo Pilarista. Por último, en el lado Este, frente a la Santa Capilla, está el Coreto de la Virgen y a ambos lados dos capillas: al Norte la de Santiago y al Sur la de San Juan, ya en la Puerta baja de entrada del lado de la plaza mencionada al comienzo de este recorrido, que es la que mayor afluencia de público recibe.

El Museo Pilarista guarda un sinfín de objetos de orfebrería litúrgica, pero destaca sobre todo el llamado joyero de la Virgen, en el que se presentan coronas, diademas, resplandores, etc. de piedras preciosas, y la colección de más de 350 mantos de la Virgen.

En la Basílica del Pilar están enterrados la mayoría de los arzobispos zaragozanos de la Edad Moderna, así como también reposan los cuerpos de san Braulio y del duque de Zaragoza, el general Palafox, entre otros.

Como curiosidad hay que hablar de las bombas que se lanzaron sobre la basílica en la Guerra Civil. En la madrugada del tres de agosto de 1936 un bombardero Fokker F-VII del ejército republicano español, volando a baja altura, lanzó cuatro bombas sobre la ciudad; una de ellas cayó en las calles de Zaragoza, fuera del templo; otra cayó en la misma plaza del Pilar, frente a la calle Alfonso,-“marcando una cruz en el suelo y levantando cinco adoquines”- relataba la prensa de los rebeldes al día siguiente; otra atravesó el techo del templo y la última cayó en el mismo marco dorado del mural de Goya en el Coreto. Ninguna de las bombas estalló, pero el fuerte impacto las destrozó, derramando el explosivo por el fondo de la bóveda. Hoy se exhiben y conservan dos de estos proyectiles en uno de los pilares cercanos a la Santa Capilla.

Este hecho se atribuyó, en el bando sublevado y entre la población zaragozana, a un milagro de la Virgen. Sin embargo, el suceso no se puede considerar como excepcional, debido a que las bombas utilizadas, como gran parte del armamento de que disponían ambos bandos al inicio de la guerra, era anticuado y estaba fuera de uso; por otro lado, menudeaban los actos de sabotaje entre los servidores de la Marina y la Aviación republicanas (las bombas, según un informe del Director del Parque de Artillería de Zaragoza,​ estaban mal montadas) y, por si era poco, las bombas estaban diseñadas para explotar sólo si se lanzaban por encima de los 500 metros, y no desde 150 como lo hizo el inexperto (o quizás, según algunos, poco inclinado al bombardeo del templo) aviador.
(Julio de 2016)