Como un espejo, ZARAGOZA

(1 de Abril de 2011)
La disposición interior de la Basílica del Pilar se articula en tres naves —la central más ancha— y siete tramos, que descansan sobre gruesos pilares decorados con pilastras adosadas clasicistas. Sobre ellos hay unos sobrios entablamentos que soportan cúpulas sobre pechinas y bóvedas rebajadas. En los muros se abren capillas laterales cubiertas con cúpulas con linterna o bóvedas. Los intradoses de los arcos de medio punto, cuellos de bóvedas y cúpulas fueron decorados en 1871 por el escultor Manuel...
Es una imagen que me gusta mucho porque denota tranquilidad, silencio, recogimiento, y de gran belleza, al verse reflejada la imagen casi perfecta en el agua por la quietud de las aguas de Ebro al pasar por delante de la Basílica del Pilar.