Fin de semana muy frío, pero, bien abrigadas, salimos a dar un
paseo después de
comer para recoger leña menuda con la que encender la estufa. Cruzamos el
puente del
río que es funcional pero nos recuerda siempre al que se derribó de
piedra, mucho más bonito. Las nubes se iban poniendo negras y decidimos volver, poco antes de llegar al
pueblo empezaron a caer algunos copos de
nieve. Desde la vega hay buenas vistas del pueblo, que hace honor a su nombre