Su construcción obedeció a la necesidad de mejorar el suministro de
agua a la ciudad de
Teruel, que hasta ese momento dependía de los grandes aljibes construidos en el último cuarto del siglo XIV en la actual
plaza Carlos Castel y de varios
pozos y aljibes más pequeños distribuidos por otros puntos del casco urbano. Las obras de la Traída se iniciaron en 1537, captándose el agua de la Peña del Macho,
fuente situada a mitad de
camino entre Teruel y
Valdecebro; pero pronto debieron abandonarse debido a su elevado coste económico