como si supiera el viento apearse en los largos dias de
invierno,
aullando sin cesar entre planicies sedientas del lagrimear de las borrascas,
descubrí un paraiso, un lugar extraño, un aliento embrujado
para creer que las tierras prometidas están tan cercanas,
que mi sangre espesa de recuerdos es parte de
Candasnos.
Roberto Pac